Según diversas previsiones, en el 2005 habrá en el mundo más de 1.000 millones de móviles, lo que da una idea del mercado potencial que tienen ante sí las empresas que apuesten por el WAP. Aunque aún se están dando los primeros pasos, fabricantes y operadores están más que empeñados en que el WAP sea uno de los principales motores del mercado en los próximos años; no es de extrañar que, con las cifras que se manejan, el WAP haya saltado en los últimos meses a la más rabiosa actualidad: hay interés en que así sea para despertar la curiosidad del usuario y, por lo tanto, poner en marcha una demanda latente.
Una encuesta realizada recientemente por el WAP Forum indicó que el 73% de las empresas europeas usa dispositivos móviles y que un 80% de los usuarios de un celular estaría interesado, en primer lugar, por la posibilidad de controlar su cuenta bancaria desde el teléfono. Con estas perspectivas, es lógico que los bancos y el comercio sean los primeros interesados en desarrollar soluciones para WAP.
Sea como fuere, esta nueva tecnología sólo ahora empieza a gatear y no ofrecerá todo su potencial hasta que las redes inalámbricas no tengan el ancho de banda suficiente como para permitir una navegación equivalente a la que hoy disponemos en los ordenadores. A pesar de esto, el fuerte tirón de la Red está obligando a las grandes operadoras de telecomunicaciones a invertir cifras millonarias en la creación de nuevas redes capaces de desatascar la actual Internet y soportar el futuro multimedia que viene por ahí, lo que sin duda beneficiará también las comunicaciones inalámbricas.